Las siete vidas del «Chapo» Guzmán

Las siete vidas del «Chapo» Guzmán

El narco se las ingenia para salirse con la suya


Por: Agencia de noticias EFE


Como los gatos, el capo mexicano Joaquín «el Chapo» Guzmán parece tener siete vidas por el sinfín de rumores magnificados por la prensa sobre su persecución, desde una caída por un acantilado en la que resultó herido hasta la aparición de una misteriosa niña que evitó su captura.

Las versiones sobre lo que sucedió desde que el barón de las drogas más buscado del planeta huyó por un túnel de 1,5 kilómetros desde su celda en el penal Altiplano, en el central estado de México, crecen como la espuma en medio de filtraciones y poca información oficial.(Vea: Desarticulan grupo que coordinó fuga de ‘El Chapo’ Guzmán)

El diario La Jornada reconstruyó este miércoles, a partir de sus fuentes, las primeras horas del «Chapo» fuera del penal.

 Asegura que desde la casa en la que desembocaba el túnel fue trasladado en un vehículo flanqueado por otros dos automóviles hasta un aeródromo privado en San Juan del Río, en el estado central de Querétaro.

Oficialmente se sabía que por este caso había sido capturado un piloto, pero ahora se sabe también que se llama Héctor Ramón Takashima Valenzuela y tiene «habilidades extraordinarias».

Esa es la información que maneja el periodista Carlos Loret de Mola, quien añade que los propietarios del aeródromo recibieron 150.000 dólares por permitir el despegue de la avioneta del capo y otra aeronave similar, usada como señuelo, sin encender las luces de la pista.

El argumento esgrimido: que el cliente era «un poderoso hombre de negocios al que le gusta la discreción».

Mientras la avioneta del «Chapo» aterrizaba de madrugada en algún punto del Triángulo Dorado, como se llaman los dominios del criminal en una zona serrana que abarca los estados de Sinaloa (donde nació), Durango y Chihuahua, la otra se salía de la pista al aterrizar en Culiacán, la capital sinaloense, según Loret de Mola.

Ese error llevó a la detención de dos pilotos y un mecánico, cuyos testimonios parecen ser la base de esa versión, corroborada también por la cadena estadounidense CNN.

Según la CNN, fuerzas especiales vieron al criminal cerca de Cosalá, una población de Sinaloa en plena Sierra Madre Occidental, pero no lo detuvieron porque estaba con una niña.

Luego fue visto de nuevo ya sin la menor y en la persecución emprendida para detenerlo se cayó «por un pequeño acantilado, donde se cree que se rompió una pierna y se causó heridas en el rostro».

Sus guardaespaldas le rescataron y se le llevaron «entre la espesa vegetación de la zona».

La CNN agrega que las fuerzas especiales ya habían visto a Guzmán tres días antes cerca del pueblo de Tamazula (Durango) «en una motocicleta y en un Ferrari, acompañado de sus hijos».

La Jornada sostiene que, tras fugarse el 11 de julio del penal, Guzmán llegó en avioneta hasta la comunidad de Bastantitas, cerca de Tamazula, donde permaneció hasta el 17 de agosto.

Ese día se desplazó a la comunidad de Los Limones, el lugar en el que el 6 de octubre dio esquinazo al personal de la Secretaría de Marina, que comanda las operaciones de búsqueda y captura.

El diario incluso muestra imágenes de una cabaña de madera, «modesta pero acogedora», en la que se escondió el narcotraficante en Bastantitas y donde «se supone que recibía visitas femeninas».

Asegura que el alto mando naval «reconoció» su derrota y que «ahora comienza una nueva persecución», además de comparar la cacería con «una partida de ajedrez».

«Ahora le toca a él hacer el próximo movimiento», afirman sus fuentes.

En declaraciones a Efe, el experto Javier Oliva detalló que el área donde se esconde el criminal «es una zona de muy difícil acceso» tanto por la orografía como por la «protección social» que reciben los narcos como contraprestación por el dinero con el que compran a los ciudadanos.

«Sin el apoyo de la población de las rancherías de estos poblados ya lo hubieran detenido», afirmó.

En los más de tres meses transcurridos desde su fuga de la cárcel, la semana pasada fue la primera vez en que las autoridades reconocieron haber localizado al delincuente y haberlo perdido, justo en esa zona de Sinaloa.

Pero antes hubo una versión de que podía estar en Punta del Este (Uruguay) o en Río de Janeiro (Brasil), otra en Costa Rica y una más en la localidad holandesa de Ermelo, a partir de la denuncia de tres niños a la policía.

«Al principio les dio miedo, pero les animó la recompensa de 3,5 millones de euros que ofrece el Gobierno mexicano», relató el diario mexicano Excélsior al narrar aquella historia.

Desde hace tiempo, Excélsior presenta en su página web un especial sobre el caso, que incluye un estudio grafológico de la letra del líder del cártel de Sinaloa.

El informe señala que el «espacio entre letras» de la grafía del «Chapo» expresa «incertidumbre en el futuro».

«Está cerca la captura, la armada de México tiene esta tremenda responsabilidad, ya lo ha hecho una vez. Preveo que en un corto plazo, quizás no más de un mes, Guzmán tendría que ser reaprehendido», advierte Oliva.


Texto original de la agencia de noticias EFE

Publicado en diferentes medios el 22-10-2015

Fotos:EFE

 

 


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